Llegué a la psicología movida por una necesidad de conocer y comprender.
En primer lugar me atrajeron la filosofía y el psicoanálisis por su profundidad, más tarde el taoísmo y la meditación por su trascendencia. Cuando me topé conla terapia Gestalt, descubrí que no solo conocemos y hablamos desde la mente, sino también desde el cuerpo.
Experimenté que si aprendo a ser y estar con lo que soy, con lo que se muestra aquí y ahora sin cambiar nada, pasan cosas. Si acompaño el ahora, en lugar de empujarlo o luchar, me muevo en una dirección sana, inteligente y creativa.
Sí, dibujaba de niña, pero mi verdadera pasión por el dibujo y la ilustración vino después, estando en Berlín, cuando relacioné la expresión con el permiso y la creación con la belleza.
En este ir y venir de disciplinas aprendo que bien y mal son polos de un mismo eje. Que y que cada repetición trae inevitablemente algo nuevo y que el bloqueo no está fuera sino dentro.
He visto la necesidad de jugar y aliarme con el error. A confiar en lo que me impulsa y abrirme a lo desconocido. La escritura y el dibujo son tanto técnica como misterio, polaridad que no deja de sorprenderme y donde la mente se queda corta.
La psicología y el arte son para mí dos búsquedas complementarias de descubrir, amar y expresar aquello que somos.

