Qué difícil es presentarse. Soy Bea.

A menudo entro en algo hasta el fondo y me siento perdida. Con el tiempo he aprendido el arte de soltar y darme cuenta, aprendiendo a no hacer nada. Suspiro y bostezo cuando algo en mí se relaja, se desbloquea. El mío es un proceso de confiar,  dejarme caer, y sobre todo dejarme en paz.

Llegué al mundo de la terapia movida por una necesidad de saber, de comprender. Me atrajeron la meditación y la consciencia, experimentando con el cuerpo, la respiración, la quietud y el movimiento. Algo cambió radicalmente cuando aprendí que puedo ser y estar con lo que soy, con lo que hay, sin cambiar nada. Sostener, lo llamaron. Me negué durante tiempo a trabajar la infancia y todavía me sigue fascinando el misterio del vínculo entre niña y adulta.

Permitir el caos, el desorden y el descontrol me ha dado mucho miedo, y con la práctica también mucho gusto. El cuerpo es un nuevo amigo para mí. He descubierto que habla y me muestra lo que la mente ignora o evita. El enfado es otro nuevo conocido: ha estado conmigo cuando he necesitado hacerme grande.

Soy Licenciada en Psicología por la Universidad de Barcelona. Tras la universidad anhelé expresión creativa, y estudié Diseño Gráfico e Ilustración Aplicada en Idep Barcelona, y Arte y Acción Social en la Escola Massana. Luego volví a la psicología, descubriendo su rica vertiente humanista. Me formé en Terapia Gestalt en Espailúdic, Escola Gestalt de Catalunya, así como en Constelaciones Familiares (en curso).

La terapia y la filosofía gestálticas me han permitido conocer partes de mí que dormían en las tensiones y nudos de mi cuerpo. Sigo conociendo y viviendo mis polaridades, sabiendo que no puedo ser buena sin ser mala, y que pasan cosas cuando permanezco sin hacer nada.

Desarrollar proyectos de dibujo e ilustración me ha mostrado la importancia de conocer el material, con su potencial y sus límites, de confiar y abrirme a lo desconocido. La escritura y el dibujo son para mí un misterio, un placer y un suplicio, todo a la vez. Escribir, como dibujar, es aprender que los límites importan tanto como la libertad.

Hoy disfruto trabajando con personas, explorando y descubriendo la complejidad de ser humanos, desde el arte y la terapia con permiso para equivocarnos.

«La felicidad es el sentimiento de que no se me pide nada, y de que yo no me pido nada a mí misma. Eso no significa que no haga nada.»
— Barry Stevens